Errar te lleva a aprender

La educación tradicional se ha encargado de penalizar la equivocación, obviando las
consecuencias que ello tiene para el alumno tanto a nivel emocional y de estrés, como las consecuencias que esto tiene a nivel de desarrollo cerebral. Los nuevos criterios educativos hacen que nos replanteemos cómo hay que gestionar el error y cómo actuar ante él, de manera que se convierta en una herramienta de aprendizaje y nos sirva para adquirir conocimientos, interiorizarlos y poder ponerlos en práctica posteriormente.
Algunos docentes van más allá y proponen claves:
*Premiar intervenciones y no las respuestas; lo que convertirá las clases en más participativas. *Modificar la percepción en pruebas y exámenes, reforzando los aciertos y no remarcando los errores, incentivando al alumno. *Remarcar que el error es el inicio de la respuesta correcta, logrando que el educando llegue a la respuesta correcta por deducción. *Matizar los errores y acentuar los aciertos. *Compartir el error, evitando la frustración…
consecuencias que ello tiene para el alumno tanto a nivel emocional y de estrés, como las consecuencias que esto tiene a nivel de desarrollo cerebral. Los nuevos criterios educativos hacen que nos replanteemos cómo hay que gestionar el error y cómo actuar ante él, de manera que se convierta en una herramienta de aprendizaje y nos sirva para adquirir conocimientos, interiorizarlos y poder ponerlos en práctica posteriormente.
Algunos docentes van más allá y proponen claves:
*Premiar intervenciones y no las respuestas; lo que convertirá las clases en más participativas. *Modificar la percepción en pruebas y exámenes, reforzando los aciertos y no remarcando los errores, incentivando al alumno. *Remarcar que el error es el inicio de la respuesta correcta, logrando que el educando llegue a la respuesta correcta por deducción. *Matizar los errores y acentuar los aciertos. *Compartir el error, evitando la frustración…